En el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la Alianza Evangélica Mundial señala los procedimientos obsoletos a través de los cuales las minorías religiosas deben relacionarse con el Estado.
Italia escuchó en el 48ésimo Examen Periódico Universal (EPU), el 16 de julio, que debe trabajar en una nueva ley de libertad religiosa que refleje la diversidad real del país.
En un informe conjunto presentado al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, en Ginebra, la Alianza Evangélica Mundial, la Alianza Evangélica Europea y la Alianza Evangélica Italiana, abordaron la naturaleza obsoleta de los procedimientos a través de los cuales las minorías religiosas, como las iglesias evangélicas, tienen que relacionarse con el Estado.
"Las únicas leyes nacionales sobre libertad de religión o creencia se aprobaron en el período fascista (1929-1931)", dijeron. Desde entonces, el Tribunal Constitucional italiano ha desmantelado algunos elementos de estas leyes de un siglo de antigüedad, pero "en las últimas décadas, todos los intentos entre el gobierno y los representantes de las comunidades religiosas para aprobar una nueva ley sobre la libertad de religión o creencia han fracasado", afirman.
Discriminación, obstáculos para la apertura de nuevas iglesias
La falta de una ley que proteja la libertad de religión o de creencias "afecta a la sociedad italiana en su conjunto y permite la discriminación religiosa en varios contextos sociales: lugares de culto, reconocimiento de funcionarios religiosos, asistencia en hospitales, capellanía, radiodifusión pública, etcétera".
Un ejemplo de ello es el caso de la iglesia evangélica de Roma que está recurriendo a los tribunales europeos tras verse obligada a pagar impuestos como si de un negocio se tratara.
"Inaugurar lugares de culto y mantener abiertos los existentes sigue siendo cada vez más difícil debido a la naturaleza injusta de las regulaciones de zonificación creadas para impedir la apertura de nuevos lugares de culto", dice el informe presentado al EPU. En regiones como Lombardía, Véneto y Liguria, las nuevas regulaciones no solo han afectado a las libertades de las comunidades islámicas, sino también a las de las evangélicas.
"Decenas de lugares de culto cristianos evangélicos han sido cerrados hasta este momento", continúa el informe, lo que lleva a la necesidad de leyes claras y justas en Italia para garantizar que las libertades religiosas no se restrinjan.
Pastores no reconocidos
En los últimos años, "las iglesias independientes y las pequeñas denominaciones han tenido dificultades extremas para que sus ministros sean reconocidos por el Estado", describe el informe. "El procedimiento de reconocimiento es lento y, en la mayoría de los casos, infructuoso. El umbral para obtener el reconocimiento se ha vuelto aún más difícil: desde 2012, el Consejo de Estado (Consiglio di Stato), que es un órgano consultivo jurídico-administrativo, ha recomendado que una comunidad esté compuesta por un mínimo de 500 miembros para que su pastor esté acreditado".
Las consecuencias de estas trabas legales son muy prácticas, ya que "los pastores no reconocidos no podrán realizar ciertas actividades como celebrar matrimonios o visitar a presos y enfermos en hospitales. Sus iglesias siguen sin estar registradas".
Por último, el informe presentado ante el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas lamenta que menos del 10% de los grupos religiosos no católicos en Italia tengan un acuerdo (intese en italiano) con el Estado. Las estadísticas muestran que los nuevos acuerdos están disminuyendo. "Teniendo en cuenta que la sociedad italiana es cada vez más multiconfesional, cabría esperar un aumento en el número de acuerdos celebrados en lugar de la disminución registrada en los últimos tres quinquenios", concluye el informe.
El informe completo sobre Italia de la AEI, la EEA y la WEA en la 48ª sesión del EPU en el CDH aquí.
Fuente: Evangelical Focus
El Ministro de Seguridad Bonaerense, Javier Alonso, junto al titular de ACIERA, astor Christian Hooft
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La libertad religiosa es el derecho que toda persona tiene de buscar a Dios y darle culto en privado y público, solo o asociado, de conformidad con su conciencia y sin ninguna coacción