"Estuve en la cárcel y viniste a verme". (Mateo 25:36.)
Entre los muchos servicios que la Iglesia está llamada a realizar está el de visitar a los presos.
Jesús, en este pasaje del Evangelio de Mateo, nos recuerda lo importante que es este servicio de visitar a los presos.
He compartido el mensaje liberador de Cristo en muchas cárceles, en Francia y en misiones en el extranjero. Mi recuerdo más memorable es cuando prediqué en un campo de prisioneros en Mali. Algún tiempo después asistí al bautismo de algunos de ellos.
Los capellanes de las prisiones celebran servicios, dirigen grupos de estudio bíblico y visitan a los reclusos en sus celdas. Son testigos de cambios milagrosos. Los reclusos agradecen ser escuchados sin ser juzgados.
En un maravilloso testimonio, Yannis Gautier nos habla de su milagro de conversión. Dios lo sacó de la cárcel para hacerlo testigo de Cristo. Hoy en día, miles de presos se benefician de su ministerio como capellán.
"Señor, oramos por todos los capellanes y visitadores de las prisiones, para que puedan renovarse en su amor por esta población carcelaria. Oramos para que los milagros de vidas transformadas se multipliquen a través de la obra de estos mensajeros de Cristo. Oramos por aquellos prisioneros que son reacios a orar o a las reuniones bíblicas, ¡para que el Espíritu Santo abra sus corazones para recibir tu gracia! ¡En el nombre de Jesús, amén!"
Fuente : Pablo Calzada. InfoChretienne. Francia