Cuando el actual Presidente Javier Milei asumió, frente a la multitud en el Congreso de la Nación, repitió reiteradas veces “NO HAY PLATA” y que los tiempos futuros iban a ser más duros y difíciles que los actuales de aquél 10 de diciembre de 2023.
Seguramente, la pregunta dominante en nuestros corazones es: ¿Cómo vamos a enfrentar las pruebas que con toda seguridad vendrán en los meses venideros?
Los creyentes no podemos ser como el avestruz que entierra la cabeza en la arena para no ver las cosas tal como se presentan. Debemos estar preparados para enfrentar los problemas. ¿Cómo lo haremos? Dios nos preparará para que en los días venideros seamos vencedores.
Él no nos dice: no pasarás por la tormenta, no serás fatigado ni serás afligido.
Él nos dice: No serás vencido.
Cuando un cristiano pierde el valor, lo pierde todo. Conservar el valor y mantener un frente que no conoce derrotas es un logro que solo puede explicarse por el triunfo de la fe.
Él piensa antes que nosotros, siempre se nos anticipa.
“No se turbe vuestro corazón ni tenga miedo”, dice la palabra.
Venga lo que venga, sombras, pesar, tinieblas, como se nos está viniendo ahora tanta incertidumbre, tanta impotencia, tanto desconocimiento, estemos contentos: El Señor piensa en nosotros.
Y si podemos ayudar a aquél en una posición más dificultosa que la nuestra, miremos al cielo y tendamos como buenos siervos de Dios, una mano a aquél que hoy y ahora más lo necesita.
¿Estamos dispuestos a no perder el valor y afirmar con fe que el Señor está con nosotros”