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Colección de Estudios Bíblicos - Preparados por Alejandra Montamat.

El principio de nuestra historia. Génesis. Entrega 39.

Inicia la historia de José, el primer hijo que Jacob tuvo con Raquel. ¿Cuál fue el motivo de la envidia que sentían sus hermanos por él? ¿Hasta dónde fueron capaces de llegar por su animosidad? ¿En qué medida un hogar disfuncional favorece estas malas pasiones? ¿Quién permitió que los hermanos se deshicieran de José vendiéndolo como esclavo? ¿Qué cadena de mentiras se generaron a partir de este suceso? Una vez más la Biblia nos demuestra que Dios guardó a esta familia de la extinción y que lo hizo con un propósito soberano que ya estaba en marcha desde antes de la existencia humana.

EL PROPÓSITO SOBERANO DEL SEÑOR CON ISRAEL
Introducción

Desde ahora en más seguiremos considerando la historia de Jacob y de sus hijos, pero a través del instrumento que Dios eligió para seguir trabajando en la vida de esta familia escogida: José. Aunque José pasa a ser la figura central de esta etapa, Dios está conformando una nación con todos los hijos de Jacob. El traslado de José a Egipto y su posterior encumbramiento como Gran Visir de Faraón, hará posible la preservación del futuro pueblo israelita, ya que los apartará del pueblo cananeo con el objetivo de preservarlo como un pueblo santo (apartado por Dios) y les enseñará varias lecciones espirituales a través de los episodios por vivir.

Las generaciones de Esaú
Gn 36:1-43

El autor del Génesis, Moisés, escribió inspirado por el Espíritu Santo a una generación de israelitas que había nacido en el desierto. Estando éstos a punto de entrar en la tierra de Canaán para poseerla, habían recibido ciertas advertencias de parte del Señor; entre éstas la orden de pasar por la tierra de Edom sin molestar a sus habitantes y sin querer usurpar territorio ni tomar sus posesiones porque el Señor había dado todo esto a la descendencia de Esaú. Dt 2:2-5. Es posible que Moisés tuviera en su poder los registros de las generaciones de Esaú desde la época de Jacob hasta sus días (más de 4 siglos) y lo volcara en este capítulo. Por medio de este registro podemos ver además algunas características de la vida de este patriarca: fue un hombre que, a pesar de no haber sido elegido para la descendencia de la simiente, recibió la gracia de Dios en bienes y familia. Su actitud de perdonar a Jacob al volver a verlo nos revela que su carácter había cambiado desde aquel hermano ofendido y vengativo hacia el de uno pacificador; además su posterior crecimiento económico lo movió (al igual que Abraham con su sobrino Lot) a salir de la tierra que compartía con su hermano para habitar el monte de Seir, territorio que se mantuvo en poder de Edom hasta los días de Jesús. Las bendiciones de toda la descendencia de Abraham se cumplían así en esta línea edomita.

Las generaciones de Jacob
Gn 37:1-11
Derecho de primogenitura

Parece que José mostró desde su corta edad un abierto liderazgo sobre sus hermanos, todos mayores que él, lo que motivó la animosidad de ellos. Además, desde la transgresión de Rubén al tener relaciones con Bilha, los derechos de la primogenitura fueron dados por su padre a José (1ª Cr 5:1-2). Esto explica por qué Jacob comenzó a demostrar su preferencia por José a quién le concedió autoridad sobre sus hermanos demostrándolo con la túnica que le regaló. Es evidente que esta vestimenta subrayaba la diferencia entre José y el resto de sus hermanos, por lo que se transformó en un elemento desagradable a la vista de ellos.

Familia disfuncional
Otra secuela relacionada con la disfuncional familia de Jacob fue que los hijos de sus siervas Zilpa y Bilha fueron menos disciplinados y más reactivos contra la autoridad familiar, posiblemente porque sus madres se consideraban de menor rango que Raquel y Lea. Sobre ellos José tenía la responsabilidad dada por su padre de velar y observar; con sus 17 años seguramente había demostrado lealtad y capacidad de liderazgo para que Jacob confiara en él. La situación fue pasando de claro a oscura con los sueños de José. No sabemos si anticipó la reacción que provocaría contarlos, pero lo cierto es que sus hermanos rechazaron más aún la autoridad delegada en José ya que no tenían intención de someterse al hermano menor. También es posible que José fuera objeto de revancha por ser hijo de la esposa predilecta, Raquel.

El complot y la venta Gn 37:12-36
La envidia es como una olla a presión siempre encendida, en algún momento explotará. He aquí la ocasión. El ganado de Jacob podía correr riesgo en Siquem, pues ese era el lugar donde años antes, sus hijos Simeón y Leví habían matado a la población masculina como venganza por el rapto de Dina. Jacob había comprado tierras en ese territorio y enviaba allí a su ganado para alimentarlo; pero sabía del riesgo al que se exponía y José debió ir a velar por esos riesgos. No hallando a sus hermanos en Siquem viajó hasta Dotán (unos 40 Km más al norte) para encontrarlos.

El hombre propone, pero Dios dispone
Es muy posible que sus hermanos lo identificaran aún a la distancia por la ropa que vestía, esa túnica reveló al instante las bajas pasiones que luchaban dentro del corazón de los hermanos. Era cuestión de encontrar una coartada, y José caminaba a campo abierto, al acecho de cualquier fiera salvaje. Sólo se debería decir que hallaron la ropa ensangrentada tirada por allí. Rubén, el mayor, pareció cohibido de derramar sangre de su hermano y sugirió dejarlo tirado dentro de una cisterna y no asesinarlo por mano propia a sangre fría. Efectivamente así lo hicieron y se sentaron a comer; no parece que alguno sintiera remordimiento. La Biblia se encarga de describir la perspectiva divina y la providencia del Señor dirigiendo los acontecimientos. Una caravana madianita que iba rumbo a Egipto será el instrumento de Dios para llevar a José al lugar desde donde salvará a su familia en los siguientes años. Judá tuvo la idea de vender a José para evitar cargar con la responsabilidad del asesinato y lograr deshacerse de su hermano, además de recibir algún dinero (20 piezas de plata) a cambio.

Lo hecho, hecho está
Parece que Rubén regresó quizá con la intención de rescatar a José, pero ya era demasiado tarde. Había que enfrentar a Jacob con la mala noticia. A pesar de que ya había despedido a su esposa Raquel y a su padre, Jacob no pudo guardar compostura ante la desaparición de José y vivirá enlutado con la idea de su muerte por muchos años. José no morirá hasta pasado un siglo después, Dios guió su derrotero para que lo comprara un oficial eminente de la administración del Faraón.

Conclusiones
• Aquí comenzará a vislumbrarse el desarrollo del propósito de Dios con Israel, el pueblo vivirá 400 años en tierra extranjera. Dios había dado esta profecía al propio Abraham: Gn 15:13-14
• El estado espiritual de los hijos de Jacob es muy bajo durante todo este período; no podemos hallar ninguna muestra de madurez ni del nivel espiritual que demostró su ancestro Abraham. Tampoco había unidad entre los hermanos, sólo eran los hijos de las 4 mujeres pertenecientes al clan de Jacob. Recién cuando la prueba enviada por el Señor en forma de persecución y hambruna ellos llegaron a vivenciar la unión familiar.
• Nuevamente vemos la elección divina en esta familia que no demostraba ninguna cualidad especial humana para ser resguardada por el Señor. También vemos obrar su soberanía para amparar fielmente a todo el clan; aunque en ningún momento parecen ellos considerar la presencia y dirección de Dios en todos los acontecimientos. Por otro lado, mucho de lo que esta familia protagoniza es el producto de su pecado; no obstante, la gracia de Dios trata con las consecuencias del mismo con el propósito de madurar a sus hijos y atraerlos hacia una mayor intimidad con Él. He 12:11
• Finalmente, nos encontramos con un nuevo tipo: la persona e historia de José prefiguran la vida y obra de nuestro Señor Jesús quien fue rechazado por su propio pueblo y en especial por los religiosos que veían amenazado su prestigio y poder. Si bien José no era un hombre sin pecado, su vida íntegra y transparente fue el motivo del odio y rechazo de parte de sus hermanos primero y de la sociedad egipcia después. Al igual que José y luego el Señor, el creyente debe prepararse para ser objeto de odio y persecución a causa de su testimonio (Jn 15:18-20)
El camino que comenzará a transitar José de aquí en adelante fue preparado por Dios para fortalecerlo y madurarlo para sus próximos desafíos; esto incluyó una abrupta separación de su familia, amigos y cultura; nuevas y mayores tentaciones que lejos de enfriarlo en su vida espiritual, le acercarán progresivamente a una mayor intimidad con el Señor de los cielos.

Para reflexión
1. Aunque Esaú fue descartado por Dios para continuar el pueblo de la simiente, no obstante, pertenecía al linaje de Abraham al igual que Ismael y otros descendientes. ¿Qué promesa de Dios se cumplió en ellos? Una vez más: ¿crees que Dios optó por Isaac o Jacob por alguna obra de ellos o algún mérito en su carácter? Lee Ro 11:33-36
2. La familia de Jacob mostraba desde su inicio una serie de irregularidades que provocaron un desequilibrio en las relaciones internas. Menciona alguna de ellas y responde quién o quiénes tuvieron responsabilidad en la confrontación que se observa en este capítulo.
3. José fue objeto de un complot que tramaba su muerte. Menciona qué elementos de la historia ponen de manifiesto la providencia de Dios para evitarla. Odiar a un hermano ya es una falta grave ¿Crees que hacerlo desaparecer sin agredirlo físicamente reducía la responsabilidad del crimen? Lee Mateo 5:22 y piensa si es posible que hayas tenido estos sentimientos alguna vez en tu corazón.
4. Dios tendrá que moldear todavía a su hijo José por medio de muchas pruebas y en especial con el rechazo y persecución que padeció desde muy joven; veremos más adelante que todo lo que le sucedió estaba considerado por el Señor y tenía un propósito soberano. ¿Cómo reaccionas frente a las pruebas que pone el Señor por delante? ¿Has podido vislumbrar a través de alguna lo que dice Hebreos 12:11? Si quieres, puedes escribir tu testimonio.