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Testimonios en primera persona. Ángela Merkel: ‘La fe cristiana es básica en mi vida’

La ya excanciller alemana decía: “Siempre haré las cosas como a Dios le agradan, porque le temo y sirvo con todo mi corazón, porque hace muchos años le abrí mi vida a Jesús y desde entonces soy cristiana de palabra y de hechos”.
El contexto histórico en el que transcurre la vida de la canciller alemana Angela Merkel es clave para entender la relevancia de su figura para los alemanes, y el futuro al que se enfrentan sin ella al cargo. Han sido cuatro mandatos consecutivos con una popularidad a prueba de crisis. Con una aprobación del 70% al final de su mandato, Merkel deja un legado imborrable y cierra una era en Alemania.
La llamada 'canciller eterna' se ha ganado en vida un puesto en la Historia del continente europeo. Y su marcha, tras más de 30 años de carrera política, nos lleva a analizar un aspecto fundamental de su vida pocas veces aireado por los medios: su fe.
La canciller Ángela Merkel es una mujer que raras veces habla de su vida personal y cuida su intimidad con una severidad que la ha hecho famosa. Nunca ha invitado a un jefe de Estado o de gobierno a su piso en Berlín o a su dacha en Brandeburgo.
Pero Merkel, cuando se cumplían los 25 años de la unificación de su país, tuvo un gesto inédito al revelar algunas cosas de su vida al periódico Süddeutsche Zeitung, junto con varias fotos personales.

La hija del pastor protestante
Merkel también afirma ser creyente, aunque reconoce que ha dudado más de una vez sobre la existencia de Dios. “Pero siempre he vuelto a creer. Pienso que todo el mundo que realmente cree, ha dudado alguna vez de la existencia de Dios”, asegura Merkel fue educada por su padre, pastor luterano, en una ética protestante; y confiesa que la fe cristiana es algo básico en su vida. “La fe y la religión son la base sobre la que yo y muchos otros contemplamos la sagrada dignidad del ser humano. Nos vemos como la creación de Dios, y eso guía nuestras acciones políticas”. (…) La fe en Dios me facilita muchas decisiones políticas”.
La canciller alemana participó en un debate público en la Universidad de Berna (Suiza) a principios de septiembre de 2015. Ante una pregunta sobre el riesgo de “islamización” de Europa, recordó que la mejor respuesta era tener “el valor de ser cristianos, saber fomentar el diálogo [con los musulmanes], volver al culto en la iglesia, y sumergirse de nuevo en la Biblia”
Luego añadió con pesar sobre la identidad cristiana que ayudó a forjar los valores europeos. “Tengo que ser muy honesta. Todos tenemos la oportunidad y la libertad de tener nuestra religión, practicarla y creer en ella. Quisiera ver más personas que tengan la valentía para decir ‘soy un creyente cristiano’. Y más gente que tengan la valentía de entrar en el diálogo”, dijo Merkel.
En el contexto alemán donde ha disminuido de manera significativa la asistencia a la iglesia, Merkel sugirió que las personas deberían volver a la “tradición de asistir al culto de la iglesia de vez en cuando, y tener fundamentos bíblicos”.
En un discurso con motivo del quinto centenario de la Reforma protestante en 2017, expresó un profundo agradecimiento por la obra de Martín Lutero, quien con su trabajo ayudó a definir la imagen de un ser humano "maduro y responsable". Ángela Merkel expresó también la esperanza de que las celebraciones de esta celebración incluyesen un “componente de misión" que puediese alcanzar a las personas que viven lejos de la fe en Jesús.
Ella decía: “Siempre haré las cosas como a Dios le agradan, porque le temo y porque le sirvo con todos mis bienes y todo mi corazón, porque desde hace muchos años le abrí mi vida y mi corazón a Jesucristo y desde entonces soy cristiana no solo de palabra sino sobre todo de hechos”.

Su austero estilo de vida
Con una vida sencilla, Vive en un apartamento normal como cualquier otro ciudadano y vivió en este apartamento antes y después de ser elegida canciller de Alemania. Ella solia hacer la compra y la comida siempre que podía. Vivió sin lujos y no tenía servicio doméstico; con su marido se dividían las labores de la casa.
Con respecto a su vestimenta, que ya es todo un clásico en la moda alemana, Merkel revela que desconoce el número de chaquetas que cuelgan en su armario, admite que algunas de sus preferidas han pasado por su modista personal para estrecharlas o agrandarlas y señala que no existe ningún misterio en los colores que elige.
Los medios se metían con ella porque la veían en las entrevistas repetir vestuario y ella respondía que los alemanes me eligieron para dirigir bien Alemania, no para ir a un concurso de belleza.

Y su vida familiar
Merkel también confiesa que mantiene una relación cordial y regular con su madre, Herling Kasner, de 87 años. “Hablamos regularmente por teléfono, pero nos vemos muy poco. Lee regularmente periódicos, escucha radio, pero es muy importante para ella que no hablemos de política. Siempre me informa sobre parientes, amigos y conocidos para que yo no me aísle de la vida normal de una familia”.
Durante los últimos diez años, la canciller siempre se ha encontrado con una pregunta que tiene que ver con la compañía de su esposo, el químico Joachim Sauer, en sus múltiples viajes. “A veces me preguntan quién decide cuando mi esposo me acompaña o no. Mi esposo decide”, dice la canciller que confiesa tener como su marido fascinación por Estados Unidos.
Lo que es un hecho poco frecuente, es que se ha negado siempre a que los gatos de viaje de su marido cuando la acompañaba (o las entradas a espectáculos donde ella era invitada) corrían por cuenta de su bolsillo.
Publicado en: EVANGÉLICO DIGITAL