Te reconocemos, oh! Altísimo Padre, nuestro Rey y Soberano Dios y a Jesucristo tu hijo amado nuestro único y suficiente Salvador. En esta fecha, tan especial para nosotros los argentinos, queremos poner en tus manos a nuestra Nación. Dale Señor tu bendición. Enséñale a cada uno de tus hijos, desde el más encumbrado hasta los más pequeños, a guardar tus leyes; que una conciencia limpia y un corazón puro rijan nuestros pensamientos y nuestro accionar.
Que tú domines en el hogar de cada uno de los habitantes de esta tierra, a la que dotaste de innumerables riquezas, para que sepamos apreciarlas y usarlas de forma tal que se manifieste tu generosidad y tu gloria.
Líbranos, Señor, de los tantos males que nos aquejan, como la violencia, la corrupción, la pobreza, las enemistades y confrontaciones y, en estos momentos, la enfermedad que está atravesando al mundo entero.
Perdónanos, Señor, por todas nuestras faltas, ante nuestra Tierra, nuestra sociedad, nuestras familias; por nuestras acciones y omisiones, por nuestros intereses que estén más allá de tus mandamientos. Ayúdanos a permanecer fieles a Ti y a tu Palabra.
Te rogamos, Señor, en el nombre de tu Hijo Jesús, que rodees a nuestra Patria y a sus moradores, con tu protección. Amén