Iniciamos el estudio del pasaje que se transformó en un campo de batalla entre científicos ateos
y eruditos religiosos que lo presentaron como un tratado de ciencias naturales.
La Biblia no fue escrita para explicar la naturaleza física de la vida y del universo,
sino para explicar el porqué de su existencia y el propósito de Dios su creador.
El racionalismo filosófico y científico no creen que la mente preceda a la materia, ni que Dios exista.
Los creyentes en cambio, abrazamos la cosmovisión bíblica que asume la existencia eterna de Dios que dio origen a la materia.
¿Con qué propósito fue escrito el primer capítulo de la Biblia?
¿Qué otro libro explica la dimensión espiritual humana?
¿Podremos ir a vivir a una luna de Júpiter si se destruye nuestro ecosistema?
¿En qué ayuda tener un código genético universal para fabricar la vacuna contra el Covid-19?
EL INICIO
Los primeros hechos narrados en la Biblia tienen como objetivo presentarnos a Dios como la mente y voluntad creadora detrás de todo lo que existe y acercarnos su propósito para con el hombre, el ser viviente que será objeto especial de su misericordia y su justicia.
Bases para una cosmovisión bíblica Génesis1:1-21
En un tiempo no muy lejano, el primer capítulo de la Biblia se transformó en un campo de batalla en el que aún hoy confrontan pensadores influidos por la filosofía dominante en nuestros días conocida como materialismo y creyentes honestos que ven y presentan este pasaje como un tratado de geología y biología.
Creemos y enseñamos que la Biblia es la revelación de Dios para todos los hombres acerca de aquello que sólo Él puede interpretar a la humanidad, ya que relata acontecimientos reales, pero los ubica en una dimensión espiritual.
El autor humano de Génesis fue inspirado para sentar las bases en las cuales descansa toda la cosmovisión bíblica; en ésta tanto el inicio del universo y de la vida, como el sentido y propósito de toda existencia, hallan su origen en la mente de Dios su creador.
El primer capítulo estudiado en su conjunto nos introduce a Dios; no pretende explicarlo ni dar pruebas de su existencia, sino que lo presenta actuando en el marco de la creación física. Particularmente explica la tierra en la cual vivimos y presenta al hombre, creado como un ser físico asociado a la materia existente, pero con una dimensión espiritual que lo liga íntimamente al Ser eterno de Dios.
Para quienes conocemos la Biblia, este pasaje apenas introduce, pero no desarrolla ni concluye ninguno de los tres temas: 1) Dios, 2) nuestro planeta inserto en el universo y 3) el hombre.
Si bien aparece Dios, no encontraremos leyendo sólo Génesis su plena revelación; será Dios mismo el encargado de correr el velo de su carácter progresivamente a través de la historia bíblica hasta llegar a presentarse en la persona del Señor Jesucristo (su máxima y completa revelación, Juan 14:9).
Respecto de la tierra y su ecosistema, encontramos una descripción suficiente para entender que es el lugar adecuado preparado por Dios para la vida humana.
En cuanto al hombre, este capítulo sólo es preliminar, ya que la Biblia pretende enseñar por qué el plan de Dios incluyó su redención incluso antes de su creación. Deberemos estudiar el tercer capítulo para entender qué sucedió con el hombre y por qué Dios debió desplegar en nuestra historia su plan de salvación concebido desde la eternidad (1ª Pe.1:18-20).
En el principio: Dios y el hombre
El capítulo comienza con una sentencia: “En el principio, creó Dios los cielos y la tierra”. Inicia con la mención del universo entero, de todo lo que en él existe y detalla de éste solamente un pequeño punto: el planeta tierra. El autor sagrado hace esto porque todo lo que desarrollará en este capítulo y los dos siguientes está relacionado con algo específico que tuvo lugar en la tierra: la aparición del hombre, su relación y dependencia personal de quién lo trajo a la existencia y las circunstancias que iniciaron la búsqueda de autonomía humana con sus consecuencias.
La Biblia no describe que la tierra sea el centro del universo ni intenta forzar ninguna teoría geocéntrica, pero da a entender que la tierra es el centro moral de la creación porque es aquí donde Dios estableció al hombre con quien entabló un trato especial de carácter espiritual y en quien volcará su misericordia y su justicia; en esta tierra un día Dios mismo se hizo presente en la persona de Jesús quién también prometió volver a pisarla en su segunda venida.
Dios inicia el tiempo y el espacio
La Biblia propone un “principio” lo que significa que el universo tiene un inicio. Aquí comienza para la mente racional la variable del tiempo, quizá se refiera en términos científicos al estallido o explosión original que dio lugar al universo. En este punto concuerdan los científicos modernos con la Biblia: nuestro universo tiene un principio.
En términos de la física teórica hay un momento llamado “singularidad” dónde dio comienzo el universo, el tiempo y el espacio. Dios no tiene un comienzo y no es abarcado por el tiempo ni el espacio (ver Éxodo 3:14 y Juan 1:1), pero nuestro universo sí tiene un principio.
El nombre Dios en el original es Elhoim una palabra hebrea plural. Se usa con la intención de definir algo superlativo, muy intenso (aunque muchos eruditos ven aquí una alusión a la Trinidad); el singular de Elhoim es El y significa fuerza, fortaleza.
En el pasaje bíblico, Elhoim aparece mencionado 35 veces. La intención del escritor es trasmitir en esta palabra la idea de poder, energía y fuerza; al usarse en plural se hace referencia a una fuerza sin límite, entera y absoluta. Nuevamente coincidirán los científicos modernos que el inicio del universo relaciona energía con materia; es interesante que para los hombres de ciencia la definición de energía es tan abstracta que no hay una acepción única para dicho término.
Dios crea de la nada
Pero además el versículo dice que Dios “creó” y en hebreo original el verbo alude a la fuerza que da lugar a la existencia, dando a entender que lo que existe fue diseñado por una inteligencia y ejecutado por una voluntad. El autor no deja lugar al azar como un relojero ciego porque el azar no crea, no diseña, ni desea, en cambio el Dios personal sí lo hace.
La Biblia marca un punto de desacuerdo con una amplia mayoría de hombres de ciencia, pues para ellos el universo llegó a existir por sí mismo y la fuerza generada en la explosión primigenia se encauzó sucesivamente en nuevos órdenes que permitieron la interrelación y evolución compleja de todo el ecosistema que conocemos y en el cual vivimos.
Respecto de nuestro planeta dice el versículo que fue colocado en el orden cósmico como parte de la creación. La palabra original para crear es bará y significa dar origen de la nada (ex nihil), esta palabra sólo se encuentra tres veces en el pasaje (versos 1, 21 y 27), es pertinente decir que la Biblia atribuye este verbo únicamente a Dios. En el resto del pasaje se utiliza otra palabra que es asah que significa dar nueva forma a lo ya existente y se traduce en nuestro idioma como "dijo Dios", este verbo se aplica a Dios ordenando el universo desde el caos hacia el cosmos.
Dios organiza su creación
La ciencia describe una ley fundamental que se puede verificar en todos los procesos en los que está involucrada la energía, la conocemos como entropía. Esta indica que en todo sistema hay una tendencia al desorden, al caos. Las ciencias de la naturaleza deben asumir que, si nuestro universo se formó por sistemáticas casualidades, lo hizo a contramano de la entropía mostrando además un increíble orden racional tal como expresaba Albert Einstein.
Volviendo a la Biblia, este capítulo afirma que detrás del universo y la tierra hay una energía absoluta obrando bajo el dominio de la inteligencia y la dirección de su voluntad soberana, que es como se presenta a la persona de Dios. Habiendo dado origen a los elementos que constituyen la materia/energía pasa a ordenarlos progresivamente como sistema.
Dios creó con propósito Génesis 1:3-27
Desde el versículo 3 el pasaje alude al período de tiempo geológico en el cual Dios estableció sucesivamente las condiciones físicas de la tierra en relación con el universo, dando origen a su propio ecosistema que incluyó los elementos orgánicos, la vida sensible (1:21) y finalmente la aparición del hombre (1:27).
Además, expresa el propósito de la existencia humana: que domine, administre y aproveche inteligentemente todo el producto de la tierra para lo cual Dios lo creó a su imagen y semejanza, en estrecho parentesco con su propia esencia para que actúe como su regente y desarrolle una correcta mayordomía de la creación.
Luego Dios descansó, no porque estuviera cansado sino para contemplar y gloriarse de su obra concluida que según la Biblia era “buena en gran manera”.
Conclusión
Con este capítulo principia la historia humana vista desde la perspectiva divina. Como dijimos no pretende ser un tratado geológico ni biológico, pero definitivamente nos presenta la cosmovisión bíblica y cristiana que explica nuestro origen.
Según la Biblia, el universo llegó a ser por designio de Dios y con un propósito, no por casualidad; pero el pasaje del Génesis no se detiene en los detalles físicos de la creación, sino que profundiza los motivos espirituales que subyacen en la obra de Dios y que dan sentido a nuestra existencia.
ACTIVIDAD PRINCIPAL
Responde luego de meditar las lecturas bíblicas propuestas:
Recuerda que la teoría de la evolución propone sólo el azar o la casualidad como determinante de la existencia de la vida. Además, la degradación del planeta parece llevarnos a la autodestrucción. Pero la Biblia presenta varios testimonios acerca de la autoría de Dios sobre todo lo que existe y Él determina el final de su creación. Lee Génesis 1, Salmo 19:1-6, Salmo 24:1-2, Hechos 17:24-25, Romanos 1:19-20, Colosenses1:16-17, Hebreos11:3
¿Cómo responderías a estas afirmaciones considerando las lecturas bíblicas propuestas?
Según la investigación científica, no se puede negar la evolución de las especies, por lo tanto, el hombre también es producto de esta. El hombre es el único ser capaz de controlar el deterioro del planeta, de seguir las actuales condiciones, el planeta de destruirá y la raza humana desaparecerá.
La Biblia no trata de explicar a Dios, sólo lo presenta en el principio del tiempo como la mano creadora y a lo largo de toda la Escritura desarrollando su plan de redención y consumación de los siglos hasta la eternidad. Lee Éxodo 3:14; Salmo 11; Juan 1:1-3, Romanos 1:19-20 y responde a la siguiente afirmación: No hay pruebas científicas de la existencia de Dios, por lo que asumimos que Dios no existe.
Toda persona puede leer la Biblia ya que ésta ha sido escrita en palabras racionales, pero no toda persona puede alcanzar a comprender su lenguaje espiritual Lee Hebreos 11: 3 y 6; 1ª Co 2:9-16; Mt 16:17
¿Por qué no todos los que leen el primer capítulo del Génesis comprenden sus verdades espirituales?
ACTIVIDADES SECUENDARIAS
ADN y Código genético.
Averigua la definición de ADN y de código genético. En resumen, el ADN es una cadena de moléculas que contiene secuenciado el plano de toda la estructura de un organismo vivo. El código genético es el conjunto de reglas por la cual se puede entender la secuencia de datos y trasmitir el genoma para fabricar los elementos que conformarán la estructura básica de todos los elementos celulares.
Para los hombres de ciencia, una prueba de que existe la evolución es que este código genético es universal ya que es similar en todas las especies animales y vegetales.
¿Es posible que Dios hubiera diseñado estas reglas y estructuras similares en todas las especies vivas? ¿Cuál sería la ventaja? ¿Cómo aprendió la ciencia acerca del cuerpo humano y su diseño? ¿Ha utilizado la humanidad elementos orgánicos similares en bien de la salud, por ejemplo, la insulina animal? ¿Cómo se han utilizado las similitudes del código genético, por ejemplo, para la fabricación de vacunas contra el covid19?