Nuestro Señor Jesucristo nos dice, “yo tengo la autoridad que me ha dado el Padre y les digo, vayan y hagan discípulos, bautícenlos y enséñenle a guardar todas las cosas que les he enseñado”. Claramente nos anima a tener presente un propósito: hacer discípulos. Es interesante que muy poco tiempo después, tal como nos lo relata el libro de los Hechos, nuestros hermanos comenzaron a sufrir la persecución. Permítanme abrir un breve paréntesis aquí y compartir un dato: algunos estudiosos de la Biblia dicen que quizás el Libro que llamamos Hechos de los Apóstoles, en realidad lo deberíamos llamar Hechos del Espíritu Santo porque en sus relatos históricos se ve claramente Su intervención y guía.
Seguramente los discípulos y aquellos a quienes el Señor iba agregando a Su Iglesia entendían el desafío de la tarea encomendada y sin duda hubieran deseado otro contexto para realizar la tarea; pero la persecución fue grande y violenta, pero ellos no se olvidaron de la palabra dicha por el Señor, “vayan”. Siguieron yendo y el evangelio se extendió de manera maravillosa.
La misma palabra sigue vigente para nosotros; el Señor nos sigue diciendo: “vayan”, sigan haciendo discípulos, y ese es un mandato inconmovible más allá de cualquier situación o contexto que nos toque atravesar.
La verdad es que toda la situación que ha derivado del Covid-19 nos ha limitado en algunas de las actividades y planes que teníamos, pero nos ha abierto los ojos hacia formas para mantenernos en el cumplimiento de “ir”.
En este sentido el grupo de maestros de niños y adolescentes fueron buscando y encontrando canales para seguir haciendo la tarea y un buen grupo ha permanecido, pero ellos siguen tratando de “ir”. Por eso nos están invitando a conectar a los chicos de nuestras familias y cualquier chico que quiera aprender de la palabra de Dios.
Que el Señor nos bendiga.
Pastor Carlos Bollatti